ACTUALIZANDO UN LUGAR EMBLEMÁTICO DE LONDRES
El Salón Royal Albert, con su característico techo abovedado, es uno de los monumentos más emblemáticos de Londres. Desde su inauguración por la reina Victoria en 1871, este distinguido lugar de conciertos ha desempeñado un papel destacado en la vida cultural de la capital del Reino Unido. Desde sus conciertos anuales de música clásica en la Promenade hasta actuaciones de artistas de la talla de los Beatles, Bob Dylan y Adele, durante mucho tiempo ha presentado a artistas de todo el espectro musical. No en vano se le ha llamado "el salón del pueblo y la nación".
Sin embargo, en la década de 2010, la Sala se había ganado una desagradable reputación por sus sofocantes temperaturas interiores durante los meses de verano: un usuario de las redes sociales describió las condiciones durante una visita como “tan calurosas como el Hades”. Su anticuado sistema de refrigeración no sólo dejaba al público sudando, sino que también afectaba negativamente a los intérpretes: el calor podía afectar a la afinación de sus instrumentos. “Debido a la escala de nuestro edificio y al calor radiante generado por 6.000 personas dentro del recinto y a temperaturas exteriores que superan los 28 grados, puede ser un reto gestionarlo”, dijo un portavoz en aquel momento.
Por este motivo, en otoño de 2013 empezaron las obras para instalar un nuevo sistema de refrigeración de gran capacidad que sustituyera al anterior enfriador sin condensador y a cuatro enfriadores temporales de reserva. Pero no se trataba en absoluto de un proyecto sencillo: el Salón Royal Albert es un edificio protegido de grado I, y cualquier cambio, tanto interno como externo, está estrictamente regulado.
“No querían nada que fuera visible, así que todo lo que instalamos tenía que estar oculto”, dice Justin Scofield, director general de Güntner en el Reino Unido, el cual suministró el nuevo sistema. Tras una cuidadosa planificación y consulta con organismos importantes como el English Heritage, se decidió ubicar el nuevo equipo en un espacio reducido, cerca de la escalinata del Jubileo de Diamante de la Reina Isabel II. Además, el tiempo apremiaba: la instalación debía completarse con rapidez para que coincidiera con los grandes eventos, y también para limitar el impacto sobre los residentes de las inmediaciones.
Güntner proporcionó un sistema formado por seis enfriadores Vertical VARIO Dry Coolers, adaptados para entrar en el espacio reducido. También se reequiparon con un sistema de pulverización adiabática y con los controles asociados. El sistema refrigera ahora una gran parte del edificio, incluida la parte inferior del auditorio y el escenario, manteniéndolos a una temperatura agradable y proporcionando un alto grado de control.
Para evitar el riesgo de legionela y otras enfermedades transmitidas por el agua, el sistema de refrigeración adiabático incorpora una serie de características de seguridad. El agua suministrada al sistema de aspersión se programa para que se drene durante un periodo fijo antes de la aspersión, para evitar el riesgo de agua estancada. El agua también se expone a una potente lámpara ultravioleta, que es letal para los agentes patógenos. Si se produce un fallo en el sistema, como un fallo de la lámpara UV, el sistema se apaga automáticamente y se genera una señal de fallo.
El sistema lleva funcionando con éxito dos décadas. “Regresamos dos veces al año para dar mantenimiento y asistencia a las unidades, y han funcionado realmente bien”, dice Scofield.