Un Hogar Para Los Pingüinos
Los pingüinos de Adelia viven en uno de los sitios más inhóspitos del planeta. Las costas de la Antártida, donde tienen su hogar, tienen temperaturas congelantes todo el año e inviernos largos y oscuros. En otoño, cuando el sol comienza a desaparecer, los pingüinos se ven forzados a migrar miles de kilómetros al norte a través del recién formado mar de hielo para encontrar comida y asegurar que tengan por lo menos unas horas de luz solar.
Así que, cuando doce pingüinos de Adelia fueron llevados al Zoológico de Guadalajara desde un zoológico de Japón en 2015, el clima húmedo, soleado y subtropical de México, ofrecía cierto contraste, por decir lo menos. Como recuerda Luis Soto, director general del zoológico, para que los pingüinos se sintieran completamente en casa, “Antártida: Reino de los pingüinos”, el recinto construido especialmente para ellos, necesitaba imitar lo mejor posible su ambiente natural.
“No solo teníamos que replicar el clima en el aspecto de la temperatura del aire y el agua, sino que también teníamos que imitar sus cambios estacionales”, explicó. “En México, cuando es verano, los pingüinos de la Antártida están en invierno, por lo que también imitamos eso con la iluminación del hábitat. Tenemos datos específicos, por lo que sabemos la duración de la luz de día. Esto significa que, en verano, cuando tenemos unas 16 horas de luz en México, los pingüinos solo tienen unas seis horas”.
Soto comenta que había muchas razones por las que los pingüinos de Adelia fueron elegidos para el zoológico. Para empezar, son pequeños seres vivos muy carismáticos. El zoológico también quería dar a la gente en México la oportunidad de observar de cerca a una especie que sería difícil ver en estado salvaje. Pero había una tercera y más importante razón: aunque no es una especie en peligro de extinción, su hábitat natural está en gran riesgo. Soto cree que el zoológico tiene un papel importante, como una especie de arca de Noé moderna, en mantener seguras y saludables a ciertas especies animales que tienen un futuro incierto. Lograr que los pingüinos se reproduzcan es una parte intrínseca de esto, aunque existen notorias dificultades para criar animales en cautiverio. Para que esto suceda, los pingüinos necesitarían sentir que están en la Antártida, lo que significa mantener una temperatura de entre 0 y -2oC en sus áreas de descanso y convivencia, que incluyen un estanque y nieve artificial. Esto presentaba problemas técnicos para el contratista de refrigeración Tecfrio y el equipo de Güntner.
“El espacio era muy pequeño, en especial, comparado con las instalaciones de almacenamiento comercial”, detalló Omar Moreno, gerente de ventas de Güntner en Latinoamérica. “Además, necesitábamos mantener el ruido al mínimo, para no molestar a los pingüinos y al mismo tiempo teníamos que asegurarnos de tener suficiente flujo de aire en los recintos. Además, había un factor adicional: el agua salada de la piscina de los pingüinos era potencialmente muy corrosiva.” Güntner proporcionó Enfriadores de aire Cubic VARIO en acero inoxidable sellados, que eran resistentes al agua salada y lo bastante pequeños para ajustarse al espacio requerido. Se usaron ventiladores con emisión baja de ruido para asegurar que los pingüinos pudieran vivir con paz y tranquilidad. “Fue un gran desafío, pero al final logramos conseguir los requisitos exactos para estas aves”, expresó Soto.
Tres años más tarde, en enero de 2018, el zoológico pudo dar un emocionante anuncio: habían nacido tres polluelos de pingüinos de Adelia. Fue la primera vez que la especie se reproducía en Latinoamérica. Desde entonces, otros ocho pingüinos de Adelia se han presentado al mundo.